¿Por qué debería importarte la vitamina K2? La mayoría de la gente ni siquiera sabe que existe. Sin embargo, este nutriente olvidado podría ser el eslabón perdido en tu régimen de salud. En serio. Tus huesos y corazón podrían estar sufriendo ahora mismo sin que te des cuenta.
La amenaza silenciosa para tu salud podría ser lo que no estás tomando—la vitamina K2 permanece oculta mientras tus huesos y corazón pagan el precio.
La vitamina K2 viene en dos formas principales: MK-4 y MK-7. La última permanece más tiempo en tu cuerpo, haciéndola más efectiva. Las bacterias intestinales producen algo de K2, pero no lo suficiente para satisfacer tus necesidades. Y aquí está lo importante: las dietas occidentales son patéticamente bajas en este nutriente esencial.
¿Quieres la mejor fuente? Mira hacia Japón. El natto, su plato de soja fermentada, encabeza la lista en contenido de K2. ¿No te gustan los frijoles fermentados? Bien. Prueba el queso Gouda, Camembert o Munster. El hígado de res también contiene una cantidad decente. Incluso las yemas de huevo y ciertos pescados como la anguila ofrecen pequeñas cantidades. Pero seamos honestos—la mayoría de la gente no come estos alimentos regularmente.
Esto importa porque la K2 realiza un trabajo crítico. Dirige el calcio exactamente a donde debe ir—tus huesos, no tus arterias. Sin suficiente K2, el calcio se descontrola. ¿El resultado? Huesos débiles y arterias endurecidas. No es una buena combinación.
Los beneficios se extienden más allá de la salud ósea y cardíaca. La K2 puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer, particularmente en el hígado y la próstata. Apoya la función cerebral y podría incluso ayudar a prevenir la diabetes. También es un jugador de equipo, trabajando junto con la vitamina D3 y el calcio para un beneficio máximo.
¿El problema? No hay síntomas obvios que griten «¡deficiencia de K2!» Tampoco existen pruebas de sangre específicas para detectarla. Así que millones caminan deficientes sin saberlo. Los médicos raramente la mencionan. Las etiquetas de los alimentos la ignoran.
La solución no es complicada. Diversifica tu dieta. Incluye algunos alimentos fermentados. Considera el queso o las yemas de huevo. Tus huesos te lo agradecerán. Tu corazón también. Este nutriente pasado por alto merece atención. Tu salud futura podría depender de ello. Los estudios muestran que aproximadamente el 30% de las proteínas activadas por K2 permanecen inactivas en la mayoría de las personas debido a una ingesta dietética insuficiente. Para una salud óptima, intenta consumir 10 microgramos de MK7 por cada 1,000 UI de Vitamina D3 que tomes.